La seducción forma parte de nuestro ADN, no solo como seres humanos, sino también como animales. Por más avanzados que estemos, por más que creamos haber evolucionado, lo cierto es que una de las funciones más básicas que seguimos manteniendo es la de encontrar pareja para procrear. Es algo que viene en nuestra naturaleza y que a veces sale a flote de manera instintiva. Da igual si hemos tenido malas relaciones de pareja y ya no queremos estar con otras personas. Da igual si nos hemos llevado una decepción tan grande que se nos han quitado las ganas de ligar. Cuando surge esa chispa, cuando alguien nos llama la atención en un bar o en una discoteca y el deseo nos inunda, debemos ser conscientes de la situación. No negarla, sino entender que nuestro cuerpo reacciona así por una buena razón.
Y el motivo es, simple y llanamente, que queremos poseer a esa persona que nos gusta, aunque no sepamos demasiado de ella.
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Género | Hombre | |
Edad | 53 | |
Sexualidad | Hetero | |
Ubicación | España, Comunidad Valenciana, Castellón |